PROLOGO
(a la primera edición)
Esta Breve antología necesario complemento del Breve diccionario de la literatura paraguaya, que le antecede contiene, a pesar del orden alfabético en que está estructurada, los trazos fundamentales que, a través de los nombres incluidos, implícitamente se advierten tras una atenta lectura.
Se dirá que han quedado en la sombra, aunque sí figuran en el diccionario, algunos representativos del romanticismo como Enrique D. Parodi, Adriano M. Aguiar y Ercilia López de Blomberg, agregándose a ellos los que prepararon el advenimiento del modernismo: Alejandro Guanes y Francisco L. Bareiro, y otros que lo impusieron: Arsenio López Decoud, Fortunato Toranzos Bardel, Ricardo Marrero Marengo, a partir del 900, y posmodernistas notorios como Heriberto Fernández, Pedro Herrero Céspedes y Vicente Lamas. Las au-sencias podrían acentuarse en la etapa contemporánea que se extiende desde la posguerra del Chaco hasta nuestros días.
Pero debe tenerse en cuenta que lo que ofrece la Dra. Teresa Méndez-Faith es una síntesis informativa derivada de la evolución de tres géneros: poesía, narrativa y teatro, en los que predominan las ejemplificaciones de actualidad. La mira está puesta, desde luego, en el lector de hoy, urgido de varios conocimientos y asediado por una desinformación cultural salvo los inevitables casos individuales acentuada desde el 26 de enero de 1940, fecha en que es intervenida la Universidad Na-cional en toda su extensión, perdiéndose así la continuidad avizorada desde la última década del siglo pasado.
Y corresponde, además, aclarar que más que a rígidos jui-cios de valor, la autora ha querido ceñirse a la idea de que es preciso demostrar "al mundo que nos mira" según se decía en tiempos clásicos que el proceso literario paraguayo existe y que, no obstante guerras internacionales (la de la Triple Alianza y la del Chaco), apremios autoritarios y rezagos monárquicos de no lejana data, ha logrado superar la obligada diáspora externa y los segmentos de silencio producidos intramuros. La presencia de revistas y periódicos como "Alcor", "Epoca" y "Criterio", entre otros; los 60 volúmenes de la colección poética en verdad monumental de "Alcándara"; la edición de las Obras Completas de Viriato Díaz-Pérez, que pasan ya de las treinta entregas, y los dos tomos antológicos de El trino soterrado de Luis María Martínez, expresan por sí solos la vigencia de la luz en una época cuestionada y difícil (1954-1989).
Ciertas novedades incorpora, asimismo, este texto, destacándose dos de ellas por su trascendencia: los temas guara-níticos, referidos en particular a la poesía, sin los cuales no se entenderán nunca del todo las motivaciones profundas del alma nativa, y los aportes teatrales, no siempre difundidos en su auténtica dimensión. La musa popular concurre igualmente por medio de "compuestos" re-creados, de poemas-fábulas, añadiéndose los musicalizados y los de intención patriótica.
La Dra. Méndez-Faith ha logrado culminar su tarea con espíritu docente y con probada serenidad, no muy frecuentes de observar en una tierra caldeada por las pasiones personales y las impresiones a priori. Desde la inicial Antología Paraguaya (1904) de Ignacio A. Pane, las horas y los avatares de la existencia no han pasado en vano. Puede por ello afirmarse que la que ahora comienza su marcha quiere simbolizar, más que el desvelo cumplido, la anhelada esperanza de que las cuatro centurias venidas desde los orígenes sean también las de la pasión creadora de la
imaginación paraguaya en el mundo.Raúl Amaral
(Isla Valle de Areguá, octubre de 1994)